
Que alegría da cuando aciertas en algo, ¿verdad?.
Porque no siempre salen las cosas como una quiere.
Al menos a mí, no; he destrozado taaaantas cosas
a lo largo y ancho de mi vida como chapucillas...
Pero eso sí, he aprendido mucho, jeje.
Y mira, eso es lo que cuenta...
Con estas sandalias acerté, de lleno, fueron un éxito.
Amparo me las mandó para que les "hiciera algo".
Le resultaban muy cómodas y les tenía mucho cariño.
Pero estaban "hechas polvo"; eran de un color tostado
muy clarito, con el interior en florecitas de colores y
unos remaches de metal en la parte de arriba de los que
se habían perdido unos cuantos (no hice foto del antes).
Primero pensé forrarlas de tela...muy complicado por la
plataforma...mmm... mejor pintarlas. Sí, mucho mejor.
Y las pinté, vamos si las pinté... hasta las suelas...
Y quedaron así de bonitas.
Y mi querida Amparo las llevó "nuevas" otro verano.
Definitivamente hay objetos de nuestra vida que se
merecen una segunda oportunidad.
Buen fin de semana.
No vemos el lunes.
Que hermoso! cada vez que entro en tu blog me sorprendo con algo nuevo, mas hermoso que lo anterior! Es como el paraiso de las cosas bellas! :D