Mi amiga Anamaría me pone a prueba de vez en cuando.
Hace ya algún tiempo me mando una piel de zorrito, quería que le hiciera un bolso. Yo jamás había trabajado con pieles naturales y me daba terror destrozar la pieza tan preciada. Me costó tanto, tanto, tanto... acometer el trabajo. Pero vencidos los miedos y reparos, conseguí transformar la piel en este bolso que veis. Yo creo que quedó muy bién, a ella por lo menos le gustó. Espero que se lo haya puesto muchas veces.
Tiempo después recibí una caja llena de plumas.
Tenía dos nuevos encargos. El primero se trataba de decorar un bolso que ella ya tenía. Combiné las plumas más pequeñas, y como había mucha cantidad, hubo tambíen para un broche, o tocado; según el día. También me gustó el resultado. Aquí lo teneís.
El segundo encargo todavía no lo he realizado.
He tenido con este proyecto un vacio de inspiración. Yo quería hacer un bolso de fiesta; pero mis ideas eran incompatibles con el tipo de plumas, no sé porqué pero no salía.
Anamaría me sugerió cambiar de modelo, hacer alguno más ponible. Bueno cambié el chip. Estoy en ello, veremos que sale. De momento os enseño los materiales con los que cuento.
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5 comentarios:
que salvaje ;)
Yo tengo una bolsa llena de plumas como las del bolso que ya has hecho y las tengo guardadas porque no sé que utilidad darles....pensaré en esta idea.
!qué preciosidad!
Con tus bolsos es imposible ir de incognito por la calle.
La verdad es que me ha quedado una entrada un poco selvática, si.
Que ideas tan buenas, son preciosos!
Besines
Cerezas de Tul
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